Plataforma Acción Climática Participativa

Gran Chaco Americano: Gobiernos locales de Paraguay y Argentina se adaptan al cambio climático a través de instrumentos de planificación y gobernanza

El proyecto Acción Climática Participativa permitió que 11 gobiernos municipales, 8 organizaciones campesinas y 8 comunidades indígenas en ambos países sean más resilientes al cambio climático.
20 de Diciembre de 2021 a las 11:58

Con el objetivo de aumentar la capacidad de adaptación y mitigación a los efectos adversos del cambio climático, el proyecto “Acción Climática Participativa: Integrando los retos del cambio climático en el Gran Chaco Americano” (ACP) contribuyó al desarrollo ambiental sostenible y resiliente de las poblaciones indígenas y campesinas en ambos países. A su vez, se mejoró la gobernanza interinstitucional y las condiciones de vida de diversas poblaciones. Este proyecto de EUROCLIMA+ es liderado por la ONG Mingarã - Asociación para el desarrollo sustentable (Paraguay) y la Fundación Plurales (Argentina).

Frente a los desafíos de la región del Gran Chaco Americano (integrado por Argentina, Bolivia, Brasil y Paragua), desde junio del 2019 el proyecto ACP se ejecuta con una metodología de gobernanza ambiental participativa, que permitió la creación de mesas interinstitucionales, y posibilitó el desarrollo de procesos de planificación local de la acción climática con un enfoque en la gestión de bosques y multifuncionalidad productiva en Argentina y Paraguay. 

Asimismo, los esfuerzos se enfocaron en generar pilotos demostrativos territoriales en temáticas clave de bosques, biodiversidad y ecosistemas. En esencia, permitió integrar, fortalecer y articular una mirada chaqueña con nuevas prácticas entre socios estratégicos regionales, gobiernos locales, sociedad civil y organizaciones de base territorial. 

El proyecto también contribuyó con las organizaciones públicas (diferentes niveles de gobiernos y redes interinsticucionales temáticas) y privadas (organizaciones campesinas y comunidades indígenas) para generar nuevas capacidades y brindó herramientas para el desarrollo de la gestión de un ambiente saludable con opciones tecno-productivas asociadas al bosque chaqueño.

Comunidades en Paraguay se adaptan al cambio climático 

En el Chaco Americano, y en el paraguayo en particular, las comunidades indígenas tienen un vínculo muy fuerte con el ambiente. Comparten una relación espiritual, cultural y social con sus tierras ancestrales y ecosistemas. Esos espacios actualmente son degradados por factores relacionados al cambio climático, y que provocan nuevos problemas ambientales como sequías prolongadas, inundaciones e incendios forestales. 

Para atender las problemáticas, desde ACP se realizó un análisis del cumplimiento de las metas de cuatro Planes Locales de Adaptación al Cambio Climático 2017-2022 de los municipios Loma Plata, Filadelfia, Teniente Irala Fernández y Mariscal Estigarribia – gobiernos locales del chaco paraguayo – que estaban en ejecución y se observó que las acciones orientadas a las comunidades indígenas eran escasas y/o deficientes,– y siendo un grupo altamente vulnerable al cambio climático –, se entendió que debían de ser priorizados en la agenda climática. Frente a ese escenario, el proyecto ACP generó un análisis de las formas de vida de las comunidades indígenas chaqueñas y las involucró en un proceso para desarrollar acciones con un enfoque de resiliencia al cambio climático. Por ello, se trabajó de manera conjunta y participativa con 8 comunidades indígenas de los pueblos Guaraní Ñandeva, Ayoreo, Nivaclé y Enxet en coordinación con el Consejo de Pueblos Indígenas en la promoción de prácticas adaptativas frente al cambio climático. 

Entre las acciones destacan el rescate y uso de vegetales silvestres para la preparación de alimentos para el ganado ovino en el sistema silvopastoril; la recuperación de las plantas de coronillo del bosque que se usan actualmente en la pastura de bajo monte. También se desarrollaron acciones de reforestación con árboles frutales que han permitido mejorar la seguridad alimentaria. Asimismo, el proyecto fortaleció el trabajo artesanal tradicional con fibras y colorantes vegetales silvestres; generó oportunidades para comercializar un producto medicinal proveniente de la hoja de viñal silvestre; y rescató la loción de hojas de aloe del bosque, que actualmente se comercializa.  

El proyecto ACP también logró que se reconozcan los servicios ecosistémicos de los territorios indígenas que estaban previstos en el proceso de implementación del Plan Municipal de Adaptación al Cambio Climático de Filadelfia de 2017-2022. A su vez, y recientemente se ha logrado conformar una Mesa de Financiamiento Climático con el propósito de apoyar a los municipios en la búsqueda de recursos financieros para desarrollar iniciativas de preservación del bosque, particularmente, en comunidades indígenas vulnerables. Thamary Formosso, responsable de monitoreo del proyecto en Paraguay, explica que el fortalecimiento de capacidades es de los principales beneficios que ha otorgado el proyecto.

“A nivel de municipios y gobiernos locales las instituciones fueron fortalecidas con procesos de capacitación, formación y apoyo técnico en la implementación de sus planes locales de adaptación. Con respecto a las comunidades indígenas, participaron en el diseño de las acciones climáticas, y también en un proceso de interpretación del cambio climático que afecta sus territorios, entonces se generó un espacio de rescate y revalorización de los conocimientos tradicionales, y de la cultura ancestral con respecto al manejo y conservación de los bosques”, indicó Formosso. 

Como resultado del involucramiento activo de las comunidades y organizaciones indígenas, se generó la oportunidad de continuar la iniciativa con el financiamiento de otras cooperaciones aliadas al tema de cambio climático a nivel local e internacional. 

Jorge Abbate, director ejecutivo de la ONG Gestión Ambiental (GEAM, Paraguay), institución que trabajó de la mano con el proyecto, sostiene que uno de los aspectos clave está relacionado con el financiamiento y la sostenibilidad de las actividades. 

“Junto al proyecto hemos brindado capacitaciones para que los funcionarios municipales y las comunidades puedan elaborar iniciativas que sean presentados a la comunidad internacional. Buscamos sobrepasar los objetivos del proyecto, y estamos creando las condiciones para generar mayores recursos y dar una continuidad a las actividades”, sostiene Abbate.

Municipios en Argentina incrementan su resiliencia frente al cambio climático
 
En el Gran Chaco argentino el escenario socioambiental es complejo. Los eventos climáticos (sequías e inundaciones), la caída del empleo rural, los conflictos socioambientales en los territorios por el avance extractivista (minería, producción agrícola extensiva, entre otras), y los procesos migratorios aumentan las condiciones de vulnerabilidad. Es importante destacar ese escenario porque existe una relación directa entre el desarrollo de las políticas públicas, la participación de los actores involucrados y las dinámicas de inclusión social de la población campesina y de las comunidades originarias.

En Argentina, como lo detalla en sus investigaciones ACP, son las provincias las que tienen potestad y jurisdicción en sus territorios y las políticas públicas existentes sobre bosques, agua y tierra no han modificado de manera significativa los grandes problemas regionales. En este marco, el proyecto realizó numerosas contribuciones para repensar y reorientar las políticas socio-ambientales enfocándose en la gobernanza ambiental participativa a nivel regional. 

Con la intención de generar conocimientos adecuados sobre la situación problemática, primero se desarrolló un estudio sobre Bosques, Gestión Hídrica y Uso del suelo, y una serie de ciclos de formación, de debate e intercambios para fortalecer las capacidades de diseño y gestión de la multifuncionalidad del bosque en el Gran Chaco en temas de agroecología, acceso al agua, manejo de bosques, opciones productivas, iniciativas con perspectiva de género, radios comunitarias, alfabetización digital, entre otras temáticas.

Una de las acciones más sobresalientes del proyecto, fue la generación de herramientas de gestión colectiva de las soluciones frente al cambio climático a través de las Mesas Locales de Acción Climática y una propuesta de Mesa Interlocal de Acción Climática. Estos espacios se articularon con la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático y otras organizaciones como el Programa SEDCERO, la RedTISA, el Programa Defensoras Ambientales, ENI-ILC, entre otras, para potenciar las soluciones a escala territorial, local y regional.  

A partir de las mesas, se diseñaron distintos instrumentos que, con la metodología participativa, han permitido integrar a las comunidades en las soluciones socioambientales para enfrentar los efectos del cambio climático. De esa manera, se elaboraron documentos de análisis de vulnerabilidad, inventario de gases de efecto invernadero y planes locales de acción climática en 7 municipios argentinos: Villa Tulumba (Córdoba), Las Breñas (Chaco), Patquia y Olta (La Rioja) y El Mojón, San José del Boquerón y Villa Matoque (Santiago del Estero). Entre las acciones propuestas en los planes locales se definieron “pilotos demostrativos” para probar tecnologías y estrategias de gestión en las zonas rurales de cada localidad. 

Verónica Luna, asesora territorial de ACP y presidenta de Fundación Plurales, explica que la pandemia significó un gran reto, y pesar del contexto, se logró avanzar a través de las Mesas que permitieron que las organizaciones y gobiernos locales converjan y tomen decisiones en conjunto para la mitigación y adaptación del cambio climático.

Para completar el circuito de aprendizaje que propuso ACP, se generaron pilotos demostrativos con las 8 organizaciones campesinas participantes en diferentes temas y con socios estratégicos que trabajan a nivel regional. Por ejemplo, para los pilotos de gestión comunitaria del agua, se articuló con el Programa SEDCERO para diseñar e implementar soluciones en 5 territorios. Para el consumo de agua, se trabajó en hogares rurales en la implementación de sistemas de cosecha de lluvia con cisternas de ferrocemento con una capacidad para acopiar hasta 16.000 litros de agua. Y en el uso de agua en producción se trabajó en los predios de las organizaciones campesinas utilizando dos tipos de tecnologías: pozo calzado con torre de agua, y represa para recarga de pozos preexistentes con torre de agua para bombeo y distribución. 

Estos pilotos demostrativos posibilitaron que 5 organizaciones campesinas y sus más de 300 socios y sus familias cuenten con nuevas capacidades y con acceso a los servicios de agua para consumo y producción. Las organizaciones involucradas fueron: la Asociación Reunidos por Un Sueño de la localidad de Pampa del Zorro y la Asociación de Pequeños Productores de Pampa Ipora Guazú, ambos de Las Breñas, provincia del Chaco; y el Frente de Mujeres del Salado Norte, la Asociación de Pequeños Productores de Alberdi (APPA) y la Unión de Pequeños Productores del Salado Norte (UPSAN), de Santiago del Estero. 

Otros tres pilotos fueron sobre agroecología y alimentos resilientes al clima con las organizaciones Mujeres Libres del Norte Cordobés (Córdoba), Mujeres Campesinas Organizadas (La Rioja) y Reunidos por un Sueño (Chaco). Estas actividades que se enfocaron en la creación de granjas avícolas, la producción de harina de algarrobas y de frutales, que   contaron con el apoyo técnico de la Estrategia Nacional de Involucramiento en Argentina, la Red de Tecnologías para la Inclusión Social y el Programa Defensoras Ambientales.  

Otro piloto demostrativo fue sobre reforestación con semillas nativas, y se trabajó con la Cooperativa El Chacho (La Rioja) en la mejora del sistema de riego, la producción de almácigos y semillas de algarroba, este último es un árbol chaqueño muy importante. La Municipalidad de Las Breñas (Chaco) y la Municipalidad de Villa Tulumba (Córdoba) fueron parte activa del proyecto Forestación 2021 de la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático

El ultimo piloto demostrativo realizado fue con las 8 organizaciones campesinas antes nombradas, y que se encuentran agrupadas en InDiChaco, una iniciativa de inclusión digital rural. En este caso, desde ACP se brindaron computadoras personales, acceso a programas informáticos, se formaron personas en alfabetización digital en cada territorio, y se realizaron talleres de formación presencial para los socios de las organizaciones campesinas. Como resultado, actualmente más de 113 personas cuentan con materiales y nuevas capacidades que les permite conocer nuevas opciones para mejorar la conectividad rural.   

Sebastián Peralta, intendente de la Municipalidad de Villa Tulumba (Córdoba) sostiene que a través del proyecto se contribuyó para que la ciudadanía comprenda las problemáticas alrededor del cambio climático y las soluciones que se pueden plantear. 

“Con las pequeñas ideas que se desarrollan en la comunidad y a partir de la orientación educativa recibida se construye algo más grande que contribuye a la disminución de los efectos del cambio climático. En Tulumba se tomaron diversas acciones día a día como por ejemplo separar los residuos, reciclar, reutilizar los residuos boscosos que pueden contribuir a la elaboración de tierra fértil. También logramos trabajar con energía renovable a través de paneles solares, entre otros”, destaca Peralta.

Silvana Medina Laola, secretaria de Salud y Medio Ambiente de la Municipalidad de Las Breñas, Chaco, cuenta que el proyecto los acompañó, apuntaló y dio pautas para desarrollar acciones que enfrenta su población frente al cambio climático. 

Gobernanza para enfrentar el cambio climático en el Chaco Americano

Las acciones del proyecto se ejecutaron en 7 municipios de Argentina y 4 en Paraguay, y sus aprendizajes evidencian que es posible ampliarlos a todos los municipios de la región chaqueña. La estrategia está diseñada pensando en las características de esta región semiárida, donde habitan poblaciones campesinas e indígenas dispersas en todo el territorio, y los municipios enfrentan problemáticas asociadas a eventos climáticos como sequías prolongadas e inundaciones de corto plazo. Por ello, ACP es una solución integral que puede ser escalada y proyectada en la región chaqueña. 

Por otro lado, en Brasil, Centroamérica y otros espacios de América Latina existen otras regiones semiáridas que comparten características socioambientales con el Gran Chaco Americano, por lo tanto, es posible replicar las acciones de ACP porque generan nuevas capacidades para la gobernanza ambiental participativa.

Paula Juarez, coordinadora del proyecto ACP en Argentina, sostiene que un tema clave para la gobernanza y para el proceso de generación de capacidades, es el desarrollo de acciones en los territorios. Es necesario materializar la gobernanza ambiental participativa en vista de construir nuevas opciones de futuro inclusivo y sustentable.

“Se trabajó fuertemente con las organizaciones indígenas y campesinas de cada uno de los territorios ejecutando distintas estrategias para poder mejorar la calidad de vida y las formas de producción y de convivencia con el bosque”, finaliza Juarez.